¿y si el atlas no fuera sino el resultado -ignoto o calculado- de nuestros desplazamientos más íntimos? ¿De nuestras derivas pulsionales o conceptuales, visuales o corporales, sentimentales o políticas? ¿De nuestras autobiografías especialmente reordenadas y acompasadas por el movimiento de nuestro cuerpo?
En el Museo Reina Sofía, en esta expo: ATLAS ¿Cómo llevar el mundo a cuestas?
Desplazarse es importante, dormir en otra almohada, notar que la ropa huele distinta, contruir otras geografías, cometer errores, quizá los mismos, y decir cosas parecidas. Y cuando llueve contra le ventana me acuerdo de cuando vivíamos en los laureles y de tantas cosas que pasaron. Eres mi milagro. Estoy de acuerdo: que la vida de vueltas.
Dibujaré caminos circulares sobre mi geografía imaginaria.
3 comentarios:
Me da que seguimos viviendo en los laureles pita... y que dure ;)
:-) me transmites mucha ilusión y serenidad con este texto, muchísimas gracias.
Un abrazo.
:) gracias a vosotras, por la ilusión de ida y vuelta y viciversa.
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