11.11.10
los días buenos
Ayer fué un buen día, los buenos días pasan rápido y no tienen porque haber pasado cosas extraordinarias. Sólo leer el periódico al sol, tomar una sopa muy caliente y que el camarero comenté que a él también le encanta Borges al ver el libro sobre la mesa, ir a visitar una exposición rara y mágica en una fortaleza francesa que dicen está llena de espíritus (buenos) y que te ofrezacan tostadas con chocolate porque es lo que meriendan los niños franceses, soñar dentro de la fortaleza y hablar de nuestras abuelas, como si eso explicase porque a veces tenemos miedo.
Hacer un bizcocho.
Los buenos días son mejores si ocurren de lunes a viernes cuando se suponen que están prohibidos. Las noches de los días buenos pueden ser muy largas si dejas entrar a los fantasmas y la cosa se descontrola. Pero a la mañana siguiente, es decir, ahora, entiendes que a la suerte hay que agarrarse, aunque en realidad seas tú misma quien la sostiene, no vale de nada sentarse a esperar.
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3 comentarios:
me gusta un montòn.
Lindo, Nena.
Yo también quiero un día así, pero me temo que lo de leer el periódico al sol no va a ser posible...aquí llueve.
Un besazo. Ir.
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