Esos días te dedicas al recuento.
Haces un recuento de ausencias, un recuento de planes sin cumplir, un recuento de días de lluvia, un recuento de días de calor, un recuento de las veces que no pronunciaste la palabra exacta, un recuento de las cosas que deberías cambiar, un recuento de las cosas que han cambiado, un recuento de los huecos, un recuento de los fantasmas, un recuento de las derrotas, un recuento de las veces que he sido cobarde, un recuento de las veces que he mentido, un recuento de los días de ayer.
Y acabas agotada, porque sabes antes de empezar que es un error y que no servirá para nada. Los números nunca se me han dado bien. Pero hay días que las palabras me parecen una venganza.
1 comentario:
la última frase es increíble.
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