La noche, perfecta, me refiero al aire y los sonidos y, claro, a por fin! por fin! no sentir frío. Ella tiene el pelo rojo y rizado, y no nos parecemos en nada. Pero claro, así es como me imagino que sería ahora mi madre.
Me reconcilio con mi imaginación, al confirmarme que ella amaba la vida, fue otra cosa. Es díficil a veces controlar las ausencias, pero cuando hace calor de noche y lees sobre la vigilancia del diálogo interior y sumas años para averiguar si podrían tener la misma edad, te pones el pijama, como si fueses un niño, sin dejar de jugar y soñar y te bebes el colacao (que ahora es raposo) sonriendo.
3 comentarios:
la verdad es que acabas de emocionarme.
creo que eres una persona muy especial.
salud
estoy roja como un tomate...Bandini,un abrazo.
siento haberte descuidado un poquito... me siento tan cómoda entre tus letras :)
un beso guapa!
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