3.9.08

Seamos sinceras

Seamos sinceras, me digo, al espejo,
tengo una angustia infinita atrapada en el estómago
y me, y te, miro y me reprocho
porque sé que tengo que confesármelo,
hay dos cosas que necesito hacer
y no puedo esperar más.
Y qué pasa con el miedo,
qué pasa con todo si vuelve a su sitio?
aaaaaaaaaaaaaa
estoy gritando, estoy gritando,
pero tú no gritas, ni me oyes.
Es que aún no me atrevo a confesarlo,
sólo quiero por ahora esconderme en mi cama
y seguir leyendo.
Nada más, por ahora.


Seamos sinceras,
tengo miedo y no es sólo mío.
Me miro, te miro,
y quiero encontrar un culpable
para todo esto que tengo dentro
para poder vaciarme
para poder matarlo
para librarme del pecado

Y busco por toda la casa
y abro puertas
y armarios
y vacío cajas
y muevo cojines, latas, mantas y libros.

Vuelvo al espejo y sigues ahí,
y si te fueras?
mejor vete...por favor, vete...
me reconozco,
pero no lo entiendo.
No existe un dolor anterior que lo explique.
(seamos sinceras).

Decido hacer las cosas que no debo
aunque me sienta ridícula
porque no sé...no lo sé, no lo sé, no-lo-sé.
Menos mal que llueve tanto.

No voy a ir al dentista,
no voy a hacer el pescado,
no voy a poner la lavadora,
no voy a hacer como que no me importa,
ni voy a hacer una lista de cosas pendientes
Voy a hacer lo que no debo
y voy a quedarme escondida,
a escuchar como llueve,
a esperar algo que me rescate
de ti, de mi,
de mi, sí, de ti.

ojala llamases a mi puerta
una palabra tuya bastaría
para sanarme(?)

3 comentarios:

mis cosas in(visibles) dijo...

tómate tu tiempo... y si encuentras al culpable avísame, que puede que tenga algo que ver con mi-sin-vivir

Anónimo dijo...

por fin actualizas, ¡que bien! y sí, es lo suficientemente drámatico como para volver a la red.

Anónimo dijo...

es prcioso, C. me encanta...