1.7.06

UN FANTASMA Y UN ARBOL QUEMADO

Llegaste a mi casa
y ya era de noche
y pensé que ya estaba dormida.
Llegaste así
como un fantasma
pero sin sábana
pero con cadenas.
Me quedé quieta
pero sin miedo,
pero sin rabia,
pero sin esperanza.
Con la resignación
del árbol que espera
mientras la luz se acerca,
y el calor aumenta
hasta que el fuego
se enreda en su melena de ramas,
hasta que pasa de largo,
hasta que el árbol
se queda desnudo
convertido en un hilo negro y quebradizo
que se rompe si lo tocas
y te mancha
las manos
y te mancha
el alma.

No hay comentarios: